Cómo poner límites sanos a tu pareja

POR Marta Molero Llano
20/05/2024

Decir NO a nuestra pareja o poner límites puede resultarnos muy difícil si nunca nos hemos parado a pensar en ¿qué es lo que yo necesito? ¿quiero esto de verdad o no o quiero?, o si aun sabiendo qué es lo que quiero y necesito, me siento culpable o tengo miedo de expresarlo, ya que poner límites no solo es decir NO, también es decir SI a lo que yo necesito, me gusta o quiero.

 

En cualquier relación sana, cada miembro de la misma es capaz de poner límites saludables, es decir sabe lo que necesita y es capaz de manifestarlo. Esto no quiere decir que nunca cedas por tu pareja, significa que tú sabes hasta donde puedes ceder sin resultar perjudicada y también saber pedir lo que necesitas.

 

¿Por qué cuesta tanto decir NO?

 

No queremos decepcionar a nuestra pareja porque tenemos miedo al rechazo o al abandono, y de ahí viene el sentimiento de culpa tan grande que sentimos, cuando alguna vez nos hemos atrevido a poner algún límite.

 

¿Qué consecuencias tiene no poner límites a mi pareja?

 

Las consecuencias pueden ser más o menos graves dependiendo de si nunca poner límites o solo los pones en algunas áreas, pueden ser pérdida de identidad, apego, inseguridad, pérdida de autoestima, miedo a estar sola, etc. fruto de que te hayas adaptado tanto a tu pareja, prácticamente mimetizado con ella, que ya no sepas realmente quién eres tú, que necesitas o que te gusta. Ese te puede llevar a una sensación de vacío interior y de sentir que no vales nada sin tu pareja porque dependes totalmente de ella.

 

¿Cómo empezar a poner límites?

 

El arte de decir No y poner límites se aprende, en ocasiones puede ser el aprendizaje más importante que hagas en tu vida, porque por el camino vas a tener que trabajar muchos aspectos de ti misma, como la autoestima y los miedos. Para empezar:

 

- Haz una lista de lo que es importante para ti

- Haz una lista de lo que te gusta hacer, o de lo que te gustaba antes de tener pareja

- Empieza por hacer algo de lo que a ti te gusta una vez a la semana, coméntalo con tu pareja, si ésta no te apoya, aun así, hazlo.

- Observa cómo te sientes cuando piensas en hacer lo que a ti te gusta: ¿culpa? ¿miedo?

 

Recuerda que tus intereses y tus necesidades son igual de importantes que los de cualquier otra persona, y que tienes el mismo derecho a expresarlos.

Si tu situación particular es más complicada, siempre puedes pedir ayuda.